Schoolism Bajo la Nieve
Por Ely Galvar
La tolerancia ante la incertidumbre es requisito para el éxito.
Art & Fear. David Bayles y Ted Orland
Desde la carrera, mi ilusión era trabajar en la industria de la animación. Quería ser parte de esos equipos que realizan historias y personajes entrañables, así que en cuanto salí de la universidad me dediqué un año completo a desarrollar mis habilidades. En ese periodo tuve trabajos escasos y sentía que mi arte no estaba en un nivel profesional. Pero un día, descubrí la página de Schoolism, y al ver a Bobby Chiu en diversos videos platicando con artistas renombrados a nivel internacional quedé inspirada. Fue grata mi sorpresa cuando vi en su página que daban un curso mensual intensivo en Canadá llamado Imaginism In-House Workshop. Envié mi aplicación y después de una entrevista con el mentor Thierry Lafontaine quedé seleccionada.
En marzo del 2017 viajé desde la Ciudad de México a Montreal, donde se encontraba la recóndita y apacible casa Imaginism. He de admitir que estaba algo ansiosa ya que esta iba a ser la primera vez que me quedaba en el extranjero sin mi familia, y debido a la inversión que se hizo para tomar el curso sentí una responsabilidad enorme por aprovechar al máximo la experiencia.
Al llegar al aeropuerto Pierre Elliott Trudeau, fui recibida por la cálida bienvenida de Thierry Lafontaine, Marco, Brandon, Alaina y Vince. Éramos un grupo de 3 estudiantes –y la acompañante de uno de ellos–.
Al llegar a la casa Imaginism, la cual está rodeada de bosque y del lago McGill, Thierry nos dio una guía de las facilidades y dinámicas del curso. Cada alumno tenía un cuarto con baño y se nos asignó una computadora con tableta Cintiq en la sala de clases. A su vez, contamos con áreas comunes como la cocina, una pequeña sala de lectura con varios libros de arte y un espacio de futbolito para desestresarnos. Las obligaciones de cada uno eran hacer la comida una vez a la semana y la limpieza general de nuestro espacio.
Las lecciones se daban en dos tiempos al día: de 10 a 12 am y de 2 a 6 pm. Cada día nos daban asignaciones que tenían que ser entregadas antes de la siguiente clase, por lo cual no fueron raras las noches de trabajo en vela con mis compañeros mientras veíamos una película animada. A pesar de que eran jornadas extensas, el tiempo parecía imperceptible por el impulso a querer practicar los ejercicios, el cambio notorio en nuestra gráfica y la convivencia entre nosotros.
Cuando teníamos tiempo libre, salíamos a caminar por los parajes nevados e incluso sobre el lago congelado –¡por primera vez en mi vida pude hacer ángeles y muñecos de nieve!–. Como nos tocó el inicio de la primavera, fuimos un par de veces a las cabañas de azúcar (cabanes à sucre) que preparan comida con el jarabe tradicional –se los recomiendo bastante si alguna vez van a Montreal en invierno–.
Era costumbre que en la última semana del curso se invitaba a un artista de trayectoria. En nuestro caso, quien nos deleitó con su visita fue el pintor plástico Jon Hardesty. Su presencia fue una chispa de adrenalina y conocimiento al compartir sus procesos de pintura al óleo. Mientras Jon hacía retratos, los alumnos teníamos que desarrollar un personaje con acrílicos como proyecto final. Estos materiales nunca fueron de mi agrado porque sentía que tomaba demasiado tiempo de limpieza y preparación, pero con la técnica que aprendí con Thierry Lafontaine valoré los acabados que se pueden lograr.
Al término del curso, noté los cambios en mi arte casi inmediatamente. Tenía mejores nociones de estructura, iluminación, proporción, y técnica digital y análoga.
Además de mejorar las habilidades técnicas y artísticas, lo que valoré del curso en Imaginism fueron los vínculos con mis colegas. El intercambio cultural y profesional con ellos fue enriquecedor y varias de esas amistades perduran al día de hoy, las cuales me han abierto oportunidades de trabajo en el extranjero. Algo que aprendí de esta experiencia es que no solamente habla el talento del artista, sino su forma de relacionarse con las personas y el apoyo que da al equipo.
Lamentablemente, el Imaginism In-House Workshop dejó de estar activo desde hace un par de años, pero la página de Schoolism ofrece varios cursos impartidos por profesionales en animación e ilustración. Hay planes anuales con descuentos que te permiten acceder a cualquier clase y son una buena alternativa a la formación académica.
Es un hecho que en cuanto salí de Imaginism las oportunidades de trabajo mejoraron y me dio la posibilidad de conocer a otros artistas increíbles. Pero hago hincapié en que ya sea un curso, un programa de intercambio o trabajo presencial, lo que va jugar un papel importante en el crecimiento profesional es la capacidad de trabajar en equipo y de crear vínculos en el ambiente laboral.