Escultor de imágenes
Por Carolina González Alvarado
¿Qué permite que una página adquiera volumen, tridimensionalidad, textura? Frecuentemente, pensamos en la página de un libro en términos bidimensionales. Salvo algunos ejemplos de arquitectura con papel, como ocurre con los libro-álbumes pop-up, donde observamos elevarse edificios y personajes a medida que desplegamos las hojas frente a nuestra mirada, la página de un libro suele presentarse ante nosotros como una superficie plana y lisa. Sin embargo, a lo largo de la historia de la imagen podemos encontrar ejemplos que replantean el espacio visual de la página como un entorno donde se articulan diversas formas de representación visual. Actualmente, con la importante proliferación de imágenes en el escenario de la ilustración y narrativa gráfica, encontramos experimentos y ejercicios creativos donde la imagen adquiere volumen y textura, tal como se muestra en la obra de Memo Plastilina.
Ilustrador y escultor de imágenes, Memo ha creado un lenguaje visual donde el modelado y la ilustración entran en especial confluencia. A través de esta estrategia visual y narrativa, el autor construye historias donde la imagen casi puede tocarse y compartirnos su materialidad. Por medio del particular uso de la plastilina, Memo le otorga al ejercicio de la ilustración frescura y originalidad convirtiendo cada página de sus libros en un alto relieve de color y expresividad.
Las narraciones del autor juegan a presentarse con la aparente sencillez de una historia dirigida al público infantil y destaco aparente pues, contrario a lo que podría pensarse, este tipo de narraciones esconden en sus símbolos visuales temas complejos como la otredad, el miedo, la discriminación y la identidad de género.
Memo Plastilina ha creado un lenguaje visual accesible para un lector que da sus primeros pasos en el universo de la lectura y aquel otro que ya se encuentra en la profundidad del bosque de las letras. Por medio de personajes que escapan a lo convencional, niñas con cola de dinosaurio, ángeles que habitan en el interior de un frasco de galletas, gallinas que viajan a la luna, magos que viven en nuestro interior y unicornios transgénero, Memo nos acerca a un mundo del que suele desviarse la mirada porque nos es ajeno y desconocido.
Es interesante notar que los protagonistas de estas historias aparentan existir únicamente en el mundo de la ficción, sin embargo, son representaciones simbólicas de nuestra psique y si bien son, en gran medida, la materialización de la imaginación, en la obra de Memo Plastilina, estos seres muestran aquello que solemos rechazar por su diferencia, por su rareza, por situarse fuera de los marcos de lo convencional, cuando en realidad, nos son más cercanos de lo que pensaríamos. La obra de Memo nos reconcilia con la capacidad lúdica que todo lector, que esté dispuesto a aceptar el pacto de ficción, posee.
A través de la ilustración como un ejercicio tridimensional, Memo Plastilina nos muestra que la ilustración va mucho más allá que una imagen creada por medio de trazos y puede acercarse a otras artes como la escultura, el montaje y la puesta en escena, pues en su obra, cada ilustración es un pequeño escenario, un espacio donde la magia, el divertimento y el color comparten un mismo horizonte de posibilidad.