En la ruta del Gallito: Los antecedentes (8)
Por Frik
En 1988 el joven periódico La Jornada va por su tercer año de vida, ya razonablemente consolidado luego de la escisión de la cual naciera (y que dejó al viejo Uno más Uno despojado de sus elementos más valiosos.)
Gracias a esa consolidación es que el monero Magú, que ha sido uno de los líderes fundadores del nuevo periódico, decide volver a emprender la coordinación de otro suplemento de monitos, ahora con el ingenioso nombre de “Histerietas”, denominación pergeñada y cedida por el gran Sergio Arau, que se fue a triunfar con el guacarock de Botellita de Jerez, dejando los monos en las manos de los herederos de este espacio.
De la “vieja” guardia formada por el grupo base que siguió en el suplemento, ya habían sido incorporados como cartonistas políticos al nuevo diario Ahumada y El Fisgón. A ellos se sumaron otros, empecinados en probar las mieles de las esclavizantes entregas semanales, que fueron los recién llegados cartonistas Gonzalo Rocha, Ulises Culebro y Antonio Helguera, (este último sólo por unos pocos números) amén del imprescindible Magú.
Como colaboradores externos, pero sin duda ya de casa, continuaron los “premios nacionales de historieta” Luis Fernando y “Jis” , este último en compañía de sus compadres “Trino” y Falcón.
Estos tres (aunque poco tiempo después Falcón se separó dejando a Jis y Trino como dueto en su sección “Gárgaras”) ya hacían en la “Perla Tapatía” un humorismo “pachecoide y honguero”, donde hablaban con desparpajo de pipí, popó, mocos, jotos, chichis, chaquetas y pedos con gran ingenio, cosa que en aquella época, donde NO se podía o debía hablar de esas cosas (por un mínimo de “decencia”) en los medios, los hizo objeto de censura… ¡y también los catapultó a una gran popularidad! cuando encontraron en La Jornada, y particularmente en Las Histerietas, un foro que los apoyó para potenciar su voz y llegar a un público que, de otro modo, hubiera sido muy difícil.
Las “Histerietas” duró… ¡16 años!; de 1988 a 2005, un verdadero récord en materia de permanencia de un espacio de estas características en un medio nacional del prestigio de La Jornada. Este fenómeno da para un montón de reflexión y análisis y comparaciones (que nadie ha hecho, hasta dónde sé) y que da también para preguntas del tipo: ¿Hubiera subsistido este proyecto monero fuera del cobijo del periódico? ¿Porqué otros diarios no trataron de replicar este modelo? o bien ¿porqué si lo replicaron, fracasó? Porque de esas historias sí que hay algunos referentes.
Pues bien, lamento informarles… ¡Qué aquí no voy a tratar nada de eso! (Aunque se me antoja mucho. XD)
De cómo fue que las “Histerietas” se erigió en un semillero de nuevos autores gracias a (y a pesar de) la “traumatoterapia” que aplicaba Magú, hablaré en la siguiente entrega.
Próxima publicación 9 de marzo