En la ruta del Gallito: Los antecedentes (5)
Por Frik
La otra gran influencia nacional para mí y mis compañeros de generación fue el trabajo que desde la SEP llevó a cabo Paco Ignacio Taibo II, ¡a partir de 1980 también! (paralelamente aunque sin coordinación alguna con lo que experimentaba el Más o Menos) al crear colecciones de historietas de corte histórico y popular para fomento de la lectura, y jalando para este fin a muchos de los mejores dibujantes de la industria de esa época. La idea perversa de PIT II, influenciado por su conocimiento de lo que ya se había revolucionado el cómic en Europa, era contagiar al talento local de ese espíritu contestatario y rompedor, y para ello convocó a un congreso internacional (con sede en Cocoyoc, Morelos) de los mejores historietistas que trabajaban en el viejo continente, y hacerlos dialogar con nuestros sufridos pero entusiastas galeotes nacionales. Prácticamente al mismo tiempo o casi, la misma SEP convoca a un concurso nacional de historieta (que se otorga el año siguiente, 1981a Ángel Mora y Rolo Diez por El Tigre Automático) se hace una magna exposición en el Museo Carrillo Gil, y se edita una revista llamada SNIF, donde se pudo ver a los mejores del cómic europeo alternando con el talento local, un experimento que duró cinco fabulosos números… hasta que el tiempo de PIT II en la SEP acabó, y todo aquello que prometía tanto se fue lastimosamente a la porra.
Un subproducto insospechado de aquél encuentro en Cocoyoc fue que una amiga de mi padre, reportera que cubrió el evento, hizo buenas migas con un joven Carlos Giménez. Este, para darle a conocer su trabajo y los medios donde publicaba, le obsequió un paquete de preciosos impresos que, al cabo de unos meses… ¡ella me regaló a mí! Años después, cuando Giménez volvió a estar en México y de visita en la sede del Gallito, tuve la oportunidad de contarle esta historia y de que me firmara los libros producto de este regalo indirecto que tanto “daño” me hizo y sin el cuál no estaría escribiendo estas líneas ahora mismo.
El entusiasmo de PIT II dio para que años después, en 1986 y 87 editara la que quiso ser la continuación de “SNIF”, la revista “Bronca”, muy padre y propositiva también, pero “estaba dirigida a un lector que todavía no se había creado” (palabras del mismo PIT II) por lo cual al cabo de cinco números (y supongo que malos números en ventas) esta también desapareció.
De cómo la necedad de don Paco y varios de sus entusiastas seguidores, entre los que nos encontrábamos los futuros Galleros, dio materia para seguir dando la lata, continuaré hablando en las entregas por venir.