En la ruta del Gallito: Los antecedentes (3)
Por Frik
Cómo ya escribí en algún otro lado, pretender hacer algo que sonara o pareciera “historietismo independiente”, era una actividad que a final de los años ochentas y principios de los noventas en México parecía un delirio infantiloide a los ojos de mucha gente, pero sobre todo de la mayoría de los dibujantes y editores de la tradicional Industria de la Historieta Popular Mexicana.
Durante décadas enteras el estilo y modo de hacer “cómits naconales” al vapor se depuró por parte de esta industria y se convirtió en una fórmula inamovible y comprobada. Tratar de hacer algo distinto era para los empresarios dueños del negocio, una pérdida de dinero que no estaban dispuestos a enfrentar. ¿Miopía, prejuicio, o todo lo anterior? Yo apuesto “por todo lo anterior”, pues el asunto es que sujeta a la ley de la oferta y la demanda, que en términos estrictamente económicos puede estar muy bien, pero como renovadora de discursos es terrible, esa historieta “naconal” solo conoció la fría lógica y el estrecho criterio del mercado de las publicaciones periódicas… hasta que, por esas cosas raras de la vida, el mercado cambió ¡y esa vieja industria anclada al pasado, de manera indolente colapsó! Hubo entre quienes formaron parte del grupo base del Gallito, a manera de experimento alimenticio, un acercamiento a esta industria, cuando todavía no se adivinaba el final; básicamente trabajando de entintadores, con lo cual pudieron disfrutar por un tiempo las bondades de esa muy eficiente línea de montaje… solo para comprobar que vivir mucho tiempo dentro de ella era la muerte de cualquier proyecto personal que hubieran podido traer en la cabeza. Y eso, porque lo nuestro no sólo era dibujar y tratar de hacer un “arte” digno y chipocludo (sea lo que sea que eso quiera decir) sino, contar las historias y las ideas que traíamos en la cabeza, cosa que se dificulta si estás esclavizado (aunque sea por voluntad propia) a cumplir con las cuotas que aquella industria exigía.
Por supuesto que esto que digo es debatible, y ahí están cantidad de “mangakas” que no obstante traer sus pesados grilletes bien puestos, hacen obras de arte memorables… Lo que no quiere decir que por ello su “camino ninja” sea un estilo de vida deseable.
¡Cuidado con desear ser Kentaro Miura! (QEPD) se les puede conceder.
Yo nomás digo…
Eric Proaño Muciño "Frik", dibujante y cartonista, co fundador y miembro en Revista Gallito Cómics.
