El cómic mexicano por HMH
PARTE IV
Monterrey: Los aferrados
Metal Hurlant en Francia.
La Rambla en España.
Raw en Estados Unidos.
Masomenos, Histerietas yTaller del Perro en México.
¿El denominador común?
COLECTIVIDAD.
Esa fuerza comunitaria en la que primero se decide, luego se disciplina, después trabajo arduo, luego amor al esfuerzo, posteriormente la más gloriosa de las locuras: ser, estar y permanecer.
Luego el golpe de realidad y por alguna razón u otra, fin del proyecto. En el mejor de los casos se rescata la parte que conocemos como: el negocio.
Así, aún permanece la casa editorial francesa Humanoides Asociados. Pero para eso, como más o menos dijo en una entrevista el editor Rojo Caballeromenti: “No solo te tienen que gustar los cómics, sino también las matemáticas”.
En Monterrey, se gestaba una historia muy propia: pequeñas batallas y grandes supervivencias. Lo afirmo aun en la ignorancia de todo lo que muchos jóvenes estaban viviendo. No puedo sino reconocer la gran disciplina y trabajo a brazo partido de toda esa extraña raza que empezó autopublicándose y comenzó la enramada de autores que entre su trabajo para grandes empresas internacionales y los proyectos personales, hoy dan miedo.
En los 80, Sergio Flores, Adrián Muñoz, “Amura”, y otra banda quedaron a cargo de MAD en español. Si tardó en abrirse la internacionalización al menos quedó registrado el hecho de que se tuvo talento y calidad suficiente para trabajar en un producto de tal fama. Luego vino un limbo para mí.
Regresé a principios de los noventa mayormente con los productos del centro del país. Monterrey no llamó mucho mi atención porque mi gusto por los cómics de superhéroes es casi nulo. Pero no fui ciego a los autores de Lugo, Ultrapato, Valiants y Siniestro, entre otros.
Creativos de la letra o de la línea o bien, de ambas disciplinas como Polo Jasso, Edgar Delgado, Omar Lozano, Marte Gracia, Aburtov, Jorge Cavazos, Hugo Aramburo, Óscar Carreño, “Mudo” Martínez, Baltazar Cárdenas, César Torner, en fin… la lista es grande.
Algunos han convertido a Monterrey en una gran sede laboral para Marvel, DC y otras importantes casas editoriales. De entre todos ellos, hay tres que ya con todo un futuro construido –sobre todo en Marvel– decidieron renunciar, regresar a México y edificar una gran empresa con una visión tajante: “Queremos ser la mejor casa editorial de México y comenzar a exportar al mundo producción local y nacional”.
Dono Sánchez, Raúl Treviño, el escritor y editor Rojo Caballero, y dibujantes apuestan todo lo previamente logrado para crear Fixión Narradores. ¡Brutal!
Las cabezas líderes de Fixión Narradores han cambiado con el tiempo y según parece todos dejaron una huella muy profunda en la diversificación necesaria para abarcar todos los ángulos de una empresa especializada no solo en la publicación y distribución de cómics y novelas gráficas sino en la formación integral de artistas, en el seguimiento y empuje de sus carreras profesionales. Ahí lo tienen, una utopía echada a andar con engranajes fuertes.
Y de nuevo, al fin, La Colectividad en acción.