¿Por qué es importante analizar las ficciones?

Publicado por Tándem Cómics en

Por Sebastian Dee


Venganza por Verde Agua

Las ficciones son piedra angular de cualquier sociedad humana, gracias a ellas podemos obtener un amplio panorama de las ideas, hábitos, costumbres y tradiciones del lugar donde se generan. Si hemos aprendido muchísimo de ciertas culturas es – en gran parte- debido a sus ficciones. Así como las historias pueden ser generadas a partir de un espontáneo dínamo creativo también pueden ser creadas con maestría, poniendo mecanismos precisos que generen en el espectador una sensación premeditada (suena a magia ¿no?).

Un ejemplo de como las ficciones son manufacturadas se puede ver en la sociedad norteamericana, donde las narrativas llevan un trazo hacia las políticas que deben ser normalizadas: El terror al migrante, el nacionalismo, el amor a la ley, etc. Otro ejemplo lo podemos ver en la historia de Roma, cuando el cristianismo creció dando origen a toda una disidencia, donde el poder no recaía en los patriarcas o las élites. Podríamos decir que los romanos veían el cristianismo temprano como un atentado hacia el poder establecido, o sea hacia el imperio; no fue hasta que el emperador Constantino supo ajustar esta narrativa para vaciarla de su carácter rebelde, y así, reunificar a Roma ideológicamente.

La modernidad nos ha dotado de grandes problemáticas como la globalización, pero también nos ha dado grandes pensamientos y herramientas para hacer una interesante disección de cómo narramos a un otro y también narramos nuestro propio ser. Aunque queramos escapar de nuestra moral y creencias al momento de relatar, nos resultará imposible, siempre habrá proyección a mayor o menor escala, ya que narrar -al menos para mí- es (de)construir y también (re)definir.

Y así, como una historia puede estar metódicamente armada, en el instante en el que un otro la observa se vuelve una bestia salvaje que impacta de lleno y vuela en mil pedazos. El receptor ahora recrea la historia con sus propias manías, creencias y lógicas. Se podría decir que las palabras por sí solas no significan hasta que son decodificadas e interpretadas por un otro.

La posición que tenemos actualmente nos postra ante un océano de historias, en el que constantemente nos sumergimos para consumir narrativas, y, aunque no lo parezca, este consumo tiene fines prácticos que van desde el escapismo hasta la definición y/o reafirmación de nuestra ideología. Es interesante pensar que las historias nos consumen a nosotros, nos trituran y después nos escupen nuevamente al plano terrenal, ahora dotados y actualizados con visiones de la realidad.

El hecho de interpretar una obra más allá de su carácter de entretenimiento nos ayuda a reconocernos en nuestro entorno, a entender las dinámicas en las que estamos inmersos y también a encontrar los engranes que mueven a nuestro ser. Las historias nos cuentan mucho acerca de quiénes somos y qué queremos.

En el mundo moderno las narrativas han generado movilizaciones masivas, tal es el caso de la más reciente película de Zack Snyder, donde el público se ha organizado para exigirle a una corporación el producto que quieren. Así mismo está el caso de V for Vendetta, donde la máscara de Guy Fawkes se ha vuelto un símbolo de aquellos que buscan derrocar y exhibir al poder establecido. En este planteamiento en el que las obras narrativas tienen tanta fuerza, sería absurdo ignorar la información que pueden brindar, sería desperdiciar una oportunidad para entender y entendernos.

En fin, una de las obligaciones que tenemos los medios -seamos grandes o pequeños- es la de ampliar el criterio de aquellos que nos brindan su tiempo, generar espacios para el diálogo donde no haya lugar para los prejuicios, pero sí para el aprendizaje. Las ficciones nos narran, conocerlas es conocernos a nosotros mismos. Es meditar frente a un espejo.