Nueva narrativa gráfica mexicana: de las hojas volantes al Webcomic
PARTE II
Por Carolina González Alvarado
Sátira, drama y gatos piraña: el cómic mexicano entre los 70’s y 90’s
Como lo muestra nuestro devenir histórico, las constantes crisis políticas y sociales persistirían durante el siglo XX lo cual, dará lugar a la producción gráfica de caricaturistas y reconocidos moneros; figuras como Jis, Trino, Rius, Abel Quesada y Gabriel Vargas, entre otros reflejarán, a través de la caricatura, la realidad social de México. Su obra evidenciará el colapso de clase política, las dificultades económicas, la pobreza, entre otros problemas de carácter social. El humor entonces funcionará como una forma de crítica y una manera de evidenciar las contradicciones de un orden social.
Es relevante mencionar también la obra de la escritora y dibujante Yolanda Vargas Dulché que, si bien exploró diversas temáticas en sus narraciones visuales, entre las que se incluye el humor y la aventura, fue en el melodrama donde fue más prolífica y reconocida. De manera que publicaciones como Doctora Corazón, dieciséis fantásticas historias concebidas para la mujer y Lágrimas, risas y amor, se convertirán en verdaderos referentes culturales durante la década de los setenta y ochentas.
Asimismo, suplementos como La jornada de enmedio, hacia la década de los noventa, publicarían propuestas disruptivas e irónicas como es el caso de la obra de Cecilia Pego (autora de Terrora y Tabú) u ofertas visuales y narrativas de tintes oníricos como es el caso de la obra de Carlos Ahumada. Asimismo, es importante mencionar a creadores como Luis Fernando, Tony Sandoval, Edgar Clement y, posteriormente, Bernardo Fernández, Bef, como algunos creadores que se diferenciaron del estilo visual y temático de sus predecesores.
Sin embargo, podríamos afirmar que, en los últimos diez años, la narrativa gráfica mexicana ha adquirido nuevos tonos, nombres y cualidades expresivas. Uno de los rasgos distintivos es la búsqueda de un estilo y una voz propia, así como una amplia variedad de temas y técnicas expresivas que van desde la acuarela y el dibujo hasta el Webcomic. Con la finalidad de ofrecer una visión más clara, proponemos clasificación preliminar que, por ahora, nos permitirá tener una visión global de la escena.
Narrativa gráfica contemporánea
Cómic periodístico y de corte social
Como punto de partida, podemos mencionar a los narradores gráficos cuyas temáticas e intereses se orientan hacia el cómic periodístico y de corte social, contrario a sus antecesores, su obra no está orientada a la sátira política sino a una visión compleja y previamente investigada de la realidad social mexicana, como es el caso de Augusto Mora, becario del FONCA y ganador de diversos reconocimientos nacionales, quien en su novela gráfica Grito de victoria (La cifra, 2017), entrecruza dos momentos críticos de la historia del México contemporáneo: el Halconazo ocurrido en 1971 y la toma de posesión del expresidente Enrique Peña Nieto. El artista realizó una investigación previa y rigurosa sobre ambos acontecimientos y, por medio de dos líneas temporales y dos personajes protagonistas, el artista establece los paralelismos entre el pasado y el presente, entre la represión y el ejercicio de la libertad de expresión.
Dentro de esta misma línea, podemos encontrar a Octavio Jiménez, quien ganó el Primer Premio Internacional de Novela Gráfica de La Pobla de Farnais (España, 2018) con su proyecto Nuestros Derechos serán Justicia (Círculo Rojo, 2019). Su trabajo se desarrolla en torno a temáticas de violencia que dialogan con el periodismo de investigación como es el caso del fascículo independiente Me estaban entrenando como un pinche sicario (Mercado Negro Comics, 2016), una historia basada en hecho reales sobre los grupos de autodefensa, que precisamente será el punto de partida de la novela gráfica antes mencionada. Por su estilo narrativo y temático, la obra de Octavio Jiménez es más cercana al trabajo de Joe Sacco que a los moneros de la generación anterior, una diferencia notable que lo distingue de estos creadores.
Asimismo, podemos mencionar a José Luis Pescador quien realizó una crónica visual sobre la apertura de las fosas clandestinas de Tetelcingo en coautoría con Denisse Buendía. Tetelcingo: Fosas del olvido es un trabajo que se caracteriza por su intensidad y crudeza narrativa. Publicado originalmente en la revista Resiliencia en 2016, este comic-documental fue realizado en la escena de los hechos y contiene también testimonios que hacen de esta pieza un vestigio historiográfico y periodístico.
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