De diosas, mujeres y bestias

Publicado por Tándem Cómics en

Por Carolina González Alvarado

Nos hizo ver que no somos los mismos
que ayer ni que mañana,
que pasado y futuro son un sueño
y que el presente es un puñado de agua

Juan Vicente Piqueras

Atenea Castillo Selfie ft. Zoológica, óleo/papel, 20 x 25 cm, 2018

Una mujer dentro de un laberinto. Camina con cautela, acompañada tan solo de un delgado hilo que dibuja sus pasos. Avanza sin detenerse a prestar atención a los esqueletos abandonados en los pasillos. Viajeros anteriores a ella que no consiguieron salir, que perecieron en el intento o quizá renunciaron a la búsqueda. Ella sigue, con pasos certeros, pero se sabe perseguida. Una respiración lejana, la sospecha de una inesperada compañía que se acerca. Entonces aparece él. Imponente, voluminoso, brutal. La observa con esa mirada acechante de quien ha encontrado a su presa. Los pasos entonces se convierten en un trote. Tras ella, las pesuñas le persiguen. Una ráfaga de movimientos que se superponen. Cada vez más aprisa, adentrándose en senderos que no se bifurcan, donde no hay elección. Aquella se adelanta, gira en un pasillo. Espera lograrlo, pero se encuentra con un camino que se cierra. No hay salida. A su espalda, él se aproxima. El grito, la imposibilidad de la huida, la angustia ante lo inevitable. Entonces, él se descubre, se despoja de su piel, de esa máscara monstruosa para develar que, bajo el disfraz, no se esconde otra sino ella misma. Se observan la una a la otra y sonríen. Soy yo. Eres yo. Se dicen, casi de manera simultánea, mientras la voz se convierte en una carcajada compartida. El reconocimiento. La complicidad. Un juego de espejos donde la otra deja de ser amenazante y devela que la mejor manera de vencer al miedo es verle a los ojos. Dos que se encuentran. Dos que son una. Dos que descubren que, en el centro del laberinto, podemos encontrarnos a nosotros mismos.

Por una coincidencia afortunada o un designio del hado, ella posee el nombre de una diosa. Atenea, deidad de la sabiduría, de espíritu bélico, protectora de alabados héroes y poseedora un admirable ingenio. Una diosa que también preside las artes y la literatura, función en la que tiende a suplantar a las musas. Resulta notable que ella comparta el nombre con una deidad y posea la habilidad para entretejer palabras e imágenes donde se conjugan símbolos y mitos con circunstancias del mundo contemporáneo.

Atenea Castillo es una artista y narradora gráfica mexicana cuya obra se caracteriza por un diálogo entre seres ancestrales, arquetipos y narraciones mitológicas con el lenguaje del cómic. Podría parecer aventurado, quizá demasiado arriesgado, poner en contacto una técnica usualmente calificada como clásica y academicista con la gramática disruptiva de la narrativa gráfica, sin embargo, Atenea Castillo, logra que ambas entren en especial confluencia y reformulen el sentido de narraciones ancestrales.

Con cada historia visual, estos relatos míticos cobraran un nuevo color, un matiz distinto, dispuestos ante la mirada del lector contemporáneo que descubre en ellos aspectos de sí mismo. En la obra de Atenea Castillo nos encontramos un mundo donde dioses, hombres y bestias comen del mismo plato. Aves, mujeres serpiente, ojos que observan, ojos que se deforman. Ciudades sin nombre en la que podemos reconocer la nuestra. Urbes donde los personajes femeninos se reapropian del espacio tras vencer a seres que hubiesen podido devorarlas.

En la obra de Atenea Castillo encontramos ese punto de contacto entre la ficción y aquello que nos obstinamos en llamar realidad. Un mundo donde lo simbólico adquiere un papel preponderante y resignifica el entorno cotidiano. Una expresión artística en la que encontramos guiños a pintores como El Bosco en un escenario urbano y actual. Como si honrase a la patrona de ciudades de la Antigüedad, Atenea reconfigura la metrópolis para dotarla de elementos alegóricos y ofrecernos la posibilidad transformar nuestra mirada y con ello, la manera en que entendemos y habitamos el mundo.

Atenea Castillo V, serie: Unus mundus, óleo/tela, 120 x 60 cm, 2014.

Carolina González Alvarado es profesora e investigadora en narrativa gráfica. Licenciada en Literatura Latinoamericana, con maestría en Letras modernas en la Universidad Iberoamericana, graduada con Mención Honorífica.

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