Publicado por Tándem Cómics en

«Tedio» en el cómic mexicano independiente

PARTE I

Por Layla Dysaster

Tedio, Sebastián Vertti

Para entender la obra de Tedio —siendo una antología de cómic y poemario 100% independiente y mexicano— nos dimos a la tarea de entrevistar a los artistas involucrados para conocer la historia y el arduo trabajo detrás de la publicación de esta gran obra, que tardó diez años en ser publicada.

Esta recopilación de cómics y poemas fue escrita por Sebastián Dee, editada por María Hernández e ilustrada por varios artistas muy talentosos.

Primero tuvimos el gusto de entrevistar a Sebastián Dee, detective ocultista, destacado guionista y brillante escritor; quién nos relató la interesante historia detrás de la creación de Tedio. Él fue el eje conductor, la pieza clave y la guía para los demás artistas.

Entrevista a Sebastián Dee

¿Qué nos puedes decir sobre la experiencia de crear Tedio?

Tedio es un libro que tardó 10 años en su realización. Las historias van en orden cronológico como fueron escritas. La temática no estuvo planeada, se fue creando con el tiempo, tanto el dibujo como los guiones y se ha difundido por varios medios.

Yo acababa de salir de la escuela de cine y junto a mi amigo Diego Montoya escribimos juntos una historia por la pura necesidad de contar algo sin etapas de guionismo, con la idea de generar un impacto más sincero sobre la realidad que comparto con los demás.

No buscamos inspirar sino explorar sentimientos y sensaciones no convencionales a partir de las historias que surgieron. Es una crítica de cómo se perciben ciertos acontecimientos. Tocando temas desde la vida cotidiana hasta la ciencia ficción, dando un contexto más sólido en donde consumimos muchas historias pero pocas sirven más allá de un placebo.

¿Tuviste alguna referencia al escribir tus historias?

Como referente principal el guionista de cómics Alan Moore; en literatura latinoamericana Juan Carlos Onetti, un escritor que en su temática hablaba mucho del tedio, haciendo pasar a sus personajes por todo un proceso que al final terminaban igual; también el escritor Roberto Bolaño; los poetas Arthur Rimbaud y John Ashbery; Philip K. Dick escritor de ciencia ficción. Como referentes políticos y discursos ideológicos Emma Goldman, Bakunin, Proudhon y Malatesta.

¿Hay alguna anécdota que te gustaría compartir?

Un dato curioso es que las historias nacieron de notas, pedazos de papel e incluso servilletas. Por ejemplo, el borrador de la historia de la Muerte lo escribí en el libro que estaba leyendo en ese momento: La Montaña Mágica de Thomas Mann.

[Tedio] fue un libro en donde no se percibió dinero, se creó por ser compañeros, por querer crear algo.

Tenía una planeación individual para cada historia pero María [Hernández, editora de Tedio], me inspiró a que se imprimiera una edición física donde se reuniera todo este trabajo artístico; María no sabía qué regalarme en mi cumpleaños, entonces mandó un correo para Alan Moore con el cuento de la Muerte, le pidió que me enviara un saludo ya que yo seguía mucho su trabajo y lo admiraba. A los 15 días recibimos una respuesta muy positiva de él, con comentarios muy bonitos y alentadores, nos impulsó mucho a crecer, ser una editorial de narrativa gráfica con nuevo talento, un lugar de creación. Apartó la inseguridad para poder autopublicarnos; entonces salió Tedio a la venta, se vendieron todas las copias, se pudo difundir gracias a la gente del Cómic Oculto.

Somos personas que lo han hecho desde cero, un trabajo de diez años. Gracias a la intrepidez de María, a las palabras de Alan Moore y al público del Cómic Oculto: Tedio es un libro 100% independiente.

¿Nos puedes hablar un poco sobre qué es el Cómic Oculto?

Es un espacio libre en donde no solo abordamos cómic, analizamos el consumo masivo de manera seria en discursos de películas, cómics y caricaturas. Por una simple razón: porque nos apasiona, nos gusta mucho. Creemos que podemos compartir una manera de leer, una visión en donde nos completamos; llevar el análisis más allá de lo evidente; alentarnos a crear historias que tengan relevancia e impacto; es un nicho para expandirnos, lograr que las personas disfruten y aporten con su opinión de trabajo en cómic, ya sea leyendo o creando.

Como antecedente está el Círculo de Lectura y Análisis de Cómics. Alex y yo seguimos con el Cómic Oculto, analizando cómics en la Biblioteca Vasconcelos, buscamos nuevos espacios; luego vino la Pandemia y empezamos en línea, con un público muy similar, teniendo constancia en el trabajo y la imagen.

El Cómic Oculto

¿Podríamos conocer un poco más sobre tu proceso creativo?

Como proceso personal, veo las historias y de cierta manera me parecen muy lejanas porque lo escribí hace años. Miro mis trabajos de ese entonces y los de ahora, me parecen muy similares. Algo que siempre me gustó, es que nunca tuvo una pretensión más allá, yo hice algo que iba más acorde a como me estaba sintiendo en ese instante, más instintivo que racionalizado. Saber lo que yo quería decir fue lo más arduo del proceso; como artista y como autor, lo más fundamental es hablar de lo que a ti te interesa; esta es mi voz, lo que yo soy, es lo que más me costó trabajo en estas historias.

Al ser cuentos cortos, parte del proceso tenía momentos de claridad, en donde empezaba a anotar una simple idea y seguía escribiendo. Después continuaba dándole forma en la computadora y luego venía la parte de explicarle al artista cómo llegar al resultado de la historia, para que hubiera más entendimiento. Después se afinaron los procesos, obteniendo como resultado guiones más serios.

El acercamiento con los ilustradores fue muy casual, yo les contaba la historia y luego escribía los guiones. Describiendo cada panel, se planeaban los layouts y observaciones, ellos aportaron color y visión. Muy únicos todos los trabajos y estilos visuales. Mi intención siempre fue darle libertad de expresión a los artistas.

Se imprimieron pequeños fanzines de las historias por separado y se finalizó con la recopilación en Tedio. Asistimos a pequeños eventos como el COMAUT y la FICÓMICS BUAP, Puebla. En aquel entonces no sabía tanto de producción, los primeros fanzines estaban impresos en la papelería y cosidos con hilo.

Agradezco mucho a María, diseñadora industrial y mi actual pareja, quien trabajó un excelente diseño editorial; y a Mauricio, quien trabaja tirajes reducidos y diferentes materiales; ambos abrieron las puertas para que Tedio lograra publicarse. Y también agradezco a todos los artistas que hicieron este libro temático una realidad.

¿Quisieras dar alguna conclusión para esta entrevista?

Tedio es un trabajo artístico de muchos de nosotros, donde me siento agradecido de ser el eje conductor desde hace 10 años; es un conjunto de talento, se los recomiendo hasta para saber si no les gustó.

Este libro temático estuvo lleno de procesos creativos, gracias a que todos sacamos una pieza de nosotros. Quisimos ofrecer sinceridad en el mensaje, sin pretensiones. Al momento de escribir hablo de lo que estoy viviendo, abstrayendo, creando las cosas con el lenguaje necesario para que le causen algo en alguien; comunicando a la gente todo lo que pienso, lo que siento, lo que hay; sensaciones, buenas o malas… es sincero. La verdad no me imaginé este resultado del libro, pero estoy contento de que Tedio haya visto la luz.

Entrevista a María Hernández

También nos acercamos al trabajo de María Hernández, excelente diseñadora y editora de Tedio. Ella fue quien recopiló todas las historias y poemas dándole un formato, armonía y una estética muy elegante. La mente maestra y emprendedora detrás del proyecto que llevó esta gran obra a su resultado final: una refinada versión física.

¿Cuál fue tu experiencia al ser la Editora a cargo de la obra Tedio?

Me pareció complejo al principio, en enfoque y diseño. Normalmente en mi trabajo utilizo colores muy sepia, beige o rosados. Los temas que maneja Tedio son estridentes, fuertes, desde la historia hasta los dibujos impactantes.

Yo quería lograr una estética agradable, con espacio iluminado y una edición limpia. Aunque visualmente tiene una composición muy cargada, se buscó la limpieza para no saturar las hojas con los diferentes estilos de línea. Para resolverlo opte por la técnica de collage a un estilo dadaísta.

Representó todo un reto a nivel personal y de edición, entender a nivel visual la existencia de demasiados estilos de dibujo, todos tan diferentes. Me recordó a esos discos viejitos dónde te ponían un demo de inicio con todas las canciones revueltas, también como combinar muchos cereales. Busqué la forma de alinear estilos en esta mezcla tan variada, encontrar un común denominador. Por ejemplo: Vidas Cortas —ilustrado por Diego Montoya—, es estéticamente precioso; mientras que en Muerte de Rodrigo Gil, nos sorprende con su trazo marcado e impactante.

Aprendí que un diseño puede ser limpio aunque involucre elementos estridentes. Fueron aproximadamente 50 horas de edición, se hicieron varias propuestas de portadas y correcciones en el proceso.

¿Para realizar este trabajo editorial tuviste alguna referencia?

Me inspiré en la obra Ghost World de Daniel Clowes. Agregué una contraportada, propuse un acomodo en las páginas con cuadros pequeños para presentar las historias y que el lector pudiera digerir la información, una ilustración significativa para resumir cada cómic.

¿Existe alguna vivencia o anécdota que quieras compartir al respecto?

Elegí un amarillo muy claro que pensé se iba a ver bonito pero al imprimir se hizo muy fosforescente y se tuvo que cambiar ya que no se logró empatar con el diseño. Se eligió el color magenta del cómic Muerte.

También algo que sucedió es que para la contraportada puse a un modelo con un fleco hacia arriba de la revista Dolce & Gabbana en un pequeño collage —para darle ese estilo punk y disruptivo—, aunque todos creyeron que era una foto de Sebastián.

Como dato curioso, en Navidad le regalé a Sebastián la versión impresa para inspirarlo a publicar su obra. En enero me contacté con una imprenta independiente —Ediciones de contacto— con nuestro colega Mauricio. Empezamos a imprimir en marzo con una primera edición de 75 ejemplares.

Contraportada de Tedio

Nos gustaría mucho saber cuál fue tu proceso creativo

Con recortes de hojas de revistas se armó el título, obteniendo así una tipografía no limpia y de diferentes escalas, con cierto ritmo. Para la portada se utilizó la ilustración de Alex O’Barr —tipo collage— , cuidando el matiz y la edición en Photoshop. El tamaño del libro se eligió para que fuera agradable para la mano del lector. Quería que el libro tuviera un buen diseño y cuidamos incluso la numeración de páginas, en medio para darle jerarquía a la página en la composición.


Continúa con la entrevista a Alex O’Barr, Alicia Aldebarán y Diego Montoya

Layla Dysaster es ilustradora autodidacta de la Ciudad de México. En 2014, Layla colaboró con la Revista LA PUNTA 02 con su cuento ilustrado: TIMELESS.



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