Por El Comicólogo

La combinación de palabras y dibujos, permite que el lenguaje del cómic sea muy sencillo de entender. Es tan fácil de entender, que en ocasiones no necesitamos de leer el texto para entender la historia: Cuando está bien hecho.

Es normal que cometamos algunos errores básicos, esto es comprensible y hasta se espera que se comentan cuando inicias PERO, el problema es que confundamos a nuestros lectores y lo peor es que perdamos el interés de nuestros lectores.

Para que esto no pase, aquí en El Comicólogo, te presentamos los errores más comunes al momento de crear cómics y ¡cómo poder evitarlos!

1. Más de una acción por cada viñeta.

Este es quizá el error más común que tenemos al comenzar a hacer nuestros cómics. En el momento que escribimos, comenzamos con las acciones y las reacciones que tienen nuestros personajes en la historia. Y puede pasar, que pensamos dos o más acciones en una sola viñeta: “se le cayeron las llaves, las recogió y abrió la puerta”. Es una secuencia sencilla, pero definitivamente necesita tres viñetas. A pesar que el cine y el cómic tienen muchos puntos en común, debemos de recordar que el cine es dinámico mientras que el cómic es estático, es decir, no hay movimiento. En el momento de pasar del guion a la página donde dibujamos, nos damos cuenta que no es posible que nuestro personaje salga de su oficina, tome el elevador y además tome un taxi en la misma viñeta.

La recomendación que nosotros te damos en tus primeros cómics es que sea una viñeta por cada acción. Con un poco de más práctica, podrás realizar viñetas con diferentes acciones. Esto es importante porque además —como veremos más adelante—, aún faltan otros importantes elementos.

2. No hay espacio para los diálogos

Ya que decides qué acciones van en cada viñeta, comienzas a dibujar a tus personajes, tomas en cuenta el punto de vista de la viñeta, perspectiva, las características y detalles visuales de tus personajes y demás. Después de terminar tus dibujos, entintarlos y a veces —DESPUÉS de ponerles color— te das cuenta de un pequeño detalle: ¡¡¡¡No hay espacio para los diálogos!!!! No solamente eso, ¡¡¡¡no hay espacio para las cajas de narración o los efectos de sonido!!!! Al ser un medio visual totalmente, tanto para leer como para ver las imágenes, en el cómic dependemos solamente del sentido de la vista para poder comunicar los efectos de sonido, los diálogos y hasta al narrador que tengamos en nuestra historia.

Es por eso que siempre recomendamos que hagas un pequeño bosquejo que incluya todos, absolutamente TODOS los elementos de tu historia, como si se tratará de la página final.

Aún los grandes maestros cometían este error cuando comenzaban, el ejemplo clásico es Jack Kirby en esta viñeta de X Men.

3. Repetición/Repetición

Este error es muy común cuando formas parte de un equipo de trabajo y el narrador describe una situación con palabras y el artista lo interpreta en el dibujo. El resultado termina siendo un cómic en donde el narrador y el mismo personaje narra justamente lo que está sucediendo en la imagen. Esta práctica no es agradable para el lector, pues en lugar de hacer clara la historia, la hace tediosa.

No importa que formes parte de un equipo de trabajo o desarrolles por tu cuenta tu cómic. La regla más importante en el cómic es siempre muestra visualmente lo que sucede, no lo describas, siempre muestra la acción. Este error , generalmente nos lleva a tener:

4. Demasiado Texto

No solamente me refiero a la repetición, muchas veces nuestro personaje comienza a hablar y a exponer sus motivos, sus recuerdos y las razones por las que ha hecho o hace ciertas acciones, y aunque la historia comienza a avanzar, al final hay más texto que dibujos. Alan Moore usa una regla que dice que por viñeta (o panel ) no debe de haber más de 35 palabras. Encontrar este equilibrio es nuestra responsabilidad como creadores.

5. Un flujo confuso de la historia

Cuando queremos ser muy creativos en el arreglo de los paneles, podemos cometer el error de confundir al lector, al no dejar claro el orden de cómo debe de leer la historia. Entiendo que cuando comenzamos a hacer cómics, nuestro deseo es quizá poder ser “innovadores” o diferentes. Pero si lo que buscamos es que nuestros lectores se vean envueltos en nuestras historias y les gusten nuestros personajes, entonces es indispensable que nuestro lector entienda y comprenda nuestra historia. Esto lo podemos desarrollar si haces un diseño sencillo y fácil de leer.

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