Vestigios en el desierto: Tres castillos de Javier Gutiérrez Valdez
Por Carolina González Alvarado, publicada originalmente en Marvin
Tres castillos de Javier Gutiérrez Valdez, publicado por el colectivo 656 cómics, con el apoyo del Programa de Apoyo a las Culturas Municipales y Comunitarias, es una novela gráfica que narra los hechos ocurridos en México, en el estado de Chihuahua, a finales del siglo XIX. En concreto, la llegada del ferrocarril y la represión de las tribus apaches que aún ofrecían resistencia a las fuerzas armadas que buscaban su exterminio.
Es notable que el autor de esta obra recurre a la investigación documental y de archivo, para la creación de una narrativa que funciona como la reconstrucción de una serie de acontecimientos que han sido relegados al silencio del relato histórico más conocido: la dominación y exterminio de las tribus apaches en el norte del país.
Será la frontera entre México y Estados Unidos donde la historia de Tres castillos tendrá lugar. Un territorio liminal en el que dos fuerzas entrarán en conflicto: por un lado, la avanzada civilizatoria de la modernidad, abriéndose paso a través de las vías férreas, y la resistencia del espíritu nómada de los nativos americanos. A la manera de una crónica y narrada en tiempo presente, esta novela gráfica se propone traer al presente aquello que no está: los vestigios de un pasado relegado a los linderos del discurso histórico.
La obra narra las últimas batallas entre los nativos americanos y la ofensiva liderada por Don Joaquín Terrazas y Quezada, un personaje histórico, cuya eficiencia y disciplina, le permitieron, tras décadas de combates, someter las fuerzas apaches. Descrito como un profesional con mirada de águila, Terrazas es un especialista en “la guerra bárbara” y un experto en la persecución de las tribus nómadas. Por otro lado, estarán los líderes de la resistencia nativa: Victorio, gran jefe chiricahua, y a su hermana, Lozen, “más aguerrida que muchos, y diestra en la estrategia”; así como Juh, guerrero y líder chiricahua, y Gerónimo, su lugarteniente.
Tres castillos presta especial atención a una de las batallas ocurridas en la amplitud del desierto, específicamente, al enfrentamiento ocurrido en el cerro de Tres Castillos, en Chiricahua. A lo largo de estas páginas, el autor, por medio de escenas dinámicas y una efectiva creación de secuencias, exhibe ante al lector la colisión entre ambos frentes. Sin embargo, es de destacarse que la novela gráfica no presenta los sucesos, ni a sus protagonistas, de manera maniquea sino como personajes complejos que responden a su tiempo, a una época convulsa en constante transformación.
Terrazas cuya “despiadada estrategia no debe interpretarse como un signo de maldad [pues] era como tenía que ser” en diálogo con Juh que “se convirtió en el azote del noreste de México y del sur de los Estados Unidos” o Gerónimo, “un tipo inquieto, astuto y sanguinario”; los personajes de Tres castillos serán salvajes despiadados para algunos y héroes dignos de honores para otros.
De esta manera, al presentarse las cualidades y extremos a los que llegan los personajes, como los representantes de dos fuerzas opuestas, se le ofrece al lector la posibilidad de articular una interpretación propia del pasado en la que se entrecruzan dos visiones: la del vencedor y la del vencido.
En este sentido, esta novela gráfica presenta una lectura alternativa al pasado, en la cual, el vencedor termina sus días en silencio y más tarde en el olvido; mientras que los guerreros subyugados han quedado “muertos, amontonados entre los peñascos” y aquellos pocos sobrevivientes son condenados a una existencia cuyo futuro está anulado, a una condición de supervivencia que se entiende más como una condena que como una salvación.
En su novela titulada Paisaje pintado con té, Milord Pavić menciona que el pasado siempre está a punto de ocurrir y precisamente, Tres castillos, a través de la imagen y un narrador testigo que observa con precisión y cuidado, hace del pasado un acontecimiento por suceder. Es así como esta novela gráfica, se convierte enuna travesía que busca atrapar los vestigios de una cultura, que está consciente de su finitud, pero que aún está dispuesta a luchar por una última exhalación.
Este artículo se publicó originalmente en Marvin el 6 de mayo, 2022.
Carolina González Alvarado es profesora e investigadora en narrativa gráfica. Licenciada en Literatura Latinoamericana, con maestría en Letras modernas en la Universidad Iberoamericana, graduada con Mención Honorífica.
