A solas
de Idalia Candelas
Por FUFO
Una frase de un famoso francés Premio Nobel de Literatura afirma que: “Si estás solo cuando estás solo, estás en mala compañía”. Y es que la soledad es una idea que ha sido, en muchos de los casos, interpretada y entendida desde un enfoque un tanto negativo, lamentable, triste y hasta nocivo para la vida de cualquier persona. Sin embargo, como bien sugiere la cita de Sartre, si nos sentimos solos cuando no estamos con alguien más, es porque no hemos comprendido que la mejor compañía que tenemos en esa “soledad” somos precisamente nosotros mismos.
Afortunadamente hoy en día hay autores y autoras, que al igual que aquel Premio Nobel, comprenden a la soledad de una forma muy positiva, maravillosa y antojadiza para los ojos comunes; como es el caso de la ilustradora y narradora gráfica Idalia Candelas y su libro A solas.
En A solas, la autora nos comparte a través de bellas y cautivantes ilustraciones, lo maravilloso que puede ser la soledad cuando aprendemos a acompañarnos nosotros mismos. Los textos que acompañan cada imagen nos revelan que en realidad Idalia ha decidido compartirnos pequeños momentos de intimidad y de sus propias vivencias, y mostrarnos que se puede elegir vivir una soledad plena –con todo y las consecuencias que eso implica– y que el camino puede ser maravilloso, enriquecedor, de mucho aprendizaje y sobre todo, de mucho amor a uno mismo como persona, como individuo.
A solas tiene mucho de disfrutable. Una bellísima edición de 160 páginas con un diseño editorial de muy buen gusto, que se divide en tres capítulos: A solas, Espacios vacíos y Sólo los que están solos. El primero, que le da título al libro, nos muestra el disfrute de la soledad sin tapujos, de la libertad de hacer lo que nos plazca en nuestro espacio personal, en nuestros momentos únicos. Las miradas juiciosas no tienen cabida cuando estamos a solas, acompañándonos, consintiéndonos, apapachándonos y sanándonos a nosotros mismos.
En Espacios vacíos, Candelas desmenuza cinco escenarios a detalle para recordarnos que incluso los espacios que habitamos, aquellos lugares en los que dejamos parte de nuestra esencia, que han sido construidos por nosotros mismos, también guardan sus propias historias. Pequeñas tragedias y maravillosas alegrías es de lo que impregnamos nuestros espacios íntimos. ¡Si las paredes pudieran hablar!
Y en el tercer capítulo Sólo los que están solos –porque estar solos no es estar aislados de una sociedad–, la autora expone las situaciones que solo los que hemos estado solos, enfrentándonos a diversas situaciones en lugares públicos, podríamos comprender e identificarnos muy bien. Enfrentar nuestras propias inseguridades, temores y prejuicios solo por el qué dirán, sin darnos cuenta que en realidad la única opinión que nos debería de importar, es la de nuestra propia compañía cuando elegimos andar, crecer, y vivir A solas.
Pero aquí no termina el recorrido. Además del maravilloso discurso acerca de la soledad que la talentosa Idalia nos muestra, cada una de las imágenes también nos puede sugerir una historia distinta y por si fuera poco, la autora también nos comparte una playlist de su propia elección con la que nos sugiere acompañar la lectura, haciendo la experiencia mucho más disfrutable, sin prisas, a gusto; y que además, si le ponemos un poco de atención a algunas de las letras, nos daremos cuenta que su elección no ha sido al azar. Bueno, ¡hasta una lista de las películas favoritas de la autora nos podremos encontrar!
En definitiva A solas es un libro de narrativa gráfica que vale muchísimo la pena; que nos muestra la cara más amable y disfrutable de la soledad.
Disfrutar de nuestros momentos de soledad con nuestra propia compañía es una experiencia que nadie debería perderse en su vida.
Por cierto, la soledad que más he disfrutado en mi vida conmigo mismo, ha sido en las salas de cine y más si es un maratón cinéfilo. ¡Hazlo, no te arrepentirás!
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